martes, 20 de marzo de 2012

¿No existe discriminación por el sexo?


Los futuros profesores consideran que no existe discriminación por el sexo

Un estudio destaca que abogan por actuar “como si no hubiera problemas”

María SIlvestre, en un acto público anterior. / L. RICO
La igualdad es algo que se construye día a día y que tiene una tremenda facilidad para ser deconstruida si no se cuidan los avances. Emakunde presentó ayer los tres últimos trabajos de investigación que ha financiado, tres publicaciones de las que dos demuestran cómo las nuevas generaciones no traen consigo nuevos roles o avances en materia de igualdad y confirman que estas reproducen los estereotipos en futuros profesores y en los hogares, los dos principales agentes que inciden en la educación de los menores.
El estudio Generoaren trataera irakasleen formazioan, recoge una realidad preocupante: la de los futuros profesores, los que aún están en la universidad, no distinguen estereotipos sexistas y creen que no hay discriminación por razón de sexo.
Emakunde presenta las tres últimas investigaciones que ha financiado
Es lo que remarcaba ayer su autora, Pilar Aristizabal profesora de la Escuela de Magisterio de la UPV, en la rueda de prensa con la que la directora de Emakunde, María Silvestre, presentó los trabajos. “Hemos encontrado resultados muy parecidos a un estudio que realizamos hace 20 años”, reza el inicio de las conclusiones del informe. Los estudiantes de Magisterio que han participado en él no ven con buenos ojos las actuaciones gubernamentales de discriminación positiva y apuestan por “no hacer nada, actuar con normalidad, es decir, como si no hubiera ningún problema”. “No identifican estereotipos o desigualdades entre mujeres y hombres”, añade.
Los roles sexistas perduran en las especialidades elegidas: las chicas siguen optando de forma mayoritaria por la Educación Infantil (el 92% de los matriculados en esta etapa), la más relacionada con el cuidado de menores, mientras que en la universidad el 61% de los docentes son hombres. “La elección la hacen impulsados por los estereotipos, pero no tienen conciencia de ello”, reza el estudio, y el 94% asegura que no se han sentido discriminados por razón de sexo nunca. “Vivimos rodeados del discurso de la igualdad, este tipo de estudios son necesarios para mostrar la realidad y para terminar con el discurso de que se ha logrado todo y de que se ha alcanzado la normalidad”, concluye.
El segundo estudio, titulado Maternidad, paternidad y conciliación en la CAE y realizado por Raquel Royo, se centra en estudiar los roles adquiridos por 52 personas que conforman parejas que por sus características son las más proclives a mostrar signos de nuevos roles de paternidad y maternidad. Las conclusiones son bien distintas: “Persisten las inercias de la desigualdad”, el sentimiento de culpa de las mujeres, las renuncias laborales de ellas para volcarse en la familia, las resistencias de ellos a las labores de casa.
“Hemos aprendido sin darnos cuenta” esos roles, explicó Royo, “la desigualdad se introduce en nosotros, pero se puede desaprender”. Sin embargo, hoy por hoy el resultado es que “los hogares son escuelas de desigualdad para las próximas generaciones”, indicó.
El último estudio, realizado por Emakunde y el Instituto de Criminología, versa sobre las presas de la cárcel de Saturrarán durante la Guerra Civil, de las que solo un 5% eran vascas. Uno de sus autores, Ander León, reseñó que “la mujer era castigada por ser activista, pero también por ser madre, esposa o hija de nacionalistas o de republicanos”.

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